¿Cuántas veces en la vida has tenido que tomar una decisión?, ¿qué has perdido de ello?, ¿qué has ganado?
Hoy quiero trasladar esta situación al ámbito financiero con un concepto específico: el costo de oportunidad.
En el día a día una persona toma cientos de decisiones en las que intervienen los costos de oportunidad, de forma consciente o inconsciente. Pero, ¿qué son estos? A grandes rasgos, estos implican el valor de la alternativa que descartamos al tomar una decisión, incluyendo los beneficios, es decir, cuánto nos cuestan todos los recursos que no nos llegarán y cómo nos impacta perder esta oportunidad.
¿Te suena familiar?, ¡claro! Es muy común enfrentarse a este tipo de decisiones, ya sea en el trabajo, en nuestras relaciones, e incluso en cómo administramos nuestro dinero.
Pensar el costo de oportunidad es una buena forma de evaluar nuestras inversiones, principalmente cuando no tenemos suficientes recursos, porque nos permite hacer estimaciones prácticas sobre nuestro manejo de capital. ¿Qué nos conviene, y podemos, hacer ahora?
Por ejemplo, imagina que estás a punto de realizar una inversión, y no sabes si colocar tu ahorro en una propiedad para rentar o en iniciar un negocio que desde hace tiempo deseas emprender. Obviamente antes de tomar la decisión tendrás que meditar cuál te traerá mayor beneficio acorde con tus planes, ¡esta elección supone un costo de oportunidad!
¡Ojo! Invertir es un compromiso donde no hay vuelta atrás, así que analiza bien cómo moverás tu dinero para hacer que te rinda de la mejor manera.
¡Empieza hoy a alcanzar tu libertad financiera!
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