Situémonos en el contexto mexicano de inicios de siglo XX, Porfirio Díaz llevaba décadas apropiándose del poder, el pueblo exigía entonces una democracia, los campesinos e indígenas luchaban por recuperar las tierras que les habían quitado, además, miles de trabajadores se encontraban en huelgas por garantizar sus derechos laborales. En este panorama comienza la Revolución Mexicana el 20 de noviembre de 1910. La historia ya la conoces, en medio de este conflicto, Díaz abandona su cargo y decide exiliarse en Francia; su salida fue más o menos pacífica y no afectó en gran medida las finanzas del país. Por el contrario, cuando el nuevo dirigente, Francisco I. Madero, no cumplió las demandas de ciertos grupos poblacionales, estalló entonces la parte costosa de esta batalla.
Se llevó a cabo un golpe de Estado organizado por Victoriano Huerta, quien comenzó a imprimir más y más billetes para financiar su movimiento. Poco después, los otros ejércitos revolucionarios ya tenían sus propias monedas que imprimían a gusto para costear la guerra. Como podrás imaginar, esto disparó la inflación y creó un enorme problema en el sistema financiero, pues ahora existían diferentes monedas circulando en el mismo país.
Otro aspecto para considerar fue que se detuvo la actividad económica, pues, cuando los revolucionarios tomaron los ferrocarriles para transportar a sus ejércitos, ya no era posible que estos medios cumplieran su objetivo comercial de trasladar personas y productos. Por si fuera poco, en este conflicto murieron más de un millón de mexicanos, convirtiéndose en una de las guerras con mayor costo de vidas humanas en la historia de México.
A pesar de todo, la revolución logró satisfacer las demandas sociales que la originaron, por ejemplo, con ella los trabajadores adquirieron derechos de expresión mediante huelgas, así como el salario mínimo; pero principalmente se logró la anhelada democracia.
Este conflicto no tuvo grandes destrucciones de capital físico, por lo cual la economía consiguió recuperarse con rapidez. A la par, en el mundo acontecía la Primera Guerra Mundial, y México se benefició dado el incremento en su demanda de exportaciones; estos dos factores fueron clave para un crecimiento económico acelerado del país.
Tras concluirse la guerra de revolución, la economía fue creciendo a pasos chicos. Aún existía incertidumbre sobre algunos artículos de la nueva Constitución de 1917, se tenía que desmilitarizar al país para evitar otro conflicto armado, y se incrementó el número de huelgas. En esta etapa la minería se convirtió en una de las actividades económicas más importantes, junto con la construcción.
Uno de los cambios más significativos de este periodo fue la fundación del Banco de México, Banxico, en 1925, bajo el gobierno de Plutarco Elías Calles. Este nuevo organismo logró resolver el problema de las diferentes monedas que comentamos anteriormente, y se convirtió en la autoridad monetaria del país, cargo que desempeña hasta el día de hoy.
La economía estaba recuperándose hasta que surgió la recesión de 1926 en EUA, seguida de la Gran Depresión de 1929. Este suceso provocó la disminución de la actividad económica de México, y con ella, el decrecimiento de su PIB. Enfrentar esta situación fue sumamente difícil porque solamente podía usarse la política fiscal. Fue a partir del fallo de esta política que se adquirieron herramientas de política monetaria útiles para el Banco Central. Es después de este suceso, en 1934, que entra Lázaro Cárdenas al poder.
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